La reivindicación del tacho

Cesto Doble, uno de los tachos sustentables que se ofrecen en el mercado

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Desde el rincón, el cesto  pasa a ocupar un lugar destacado en el inicio del proceso de tratamiento de residuos urbanos. Varios emprendimientos producen tachos de diseño y los más osados se animan a agregarle software que entregue premios por diferenciar desechos.

Tanto en los barrios privados de la provincia de Buenos Aires como en los edificios de más de 40 departamentos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la normativa reciente sobre tratamiento de residuos establece la obligatoriedad gradual de la clasificación de los desechos.

Respondiendo a esa necesidad, varios emprendedores trabajan para potenciar el primer eslabón del proceso de tratamiento de residuos: el cesto  de la basura.

Verdificar,  un proyecto nacido en la ciudad de Buenos Aires, diseñó el cesto doble, un objeto simple y cotidiano que resignifca su uso y su valor. Contiene dos recipientes, uno verde y otro negro, con tapas indicadoras que facilitan la separación de residuos orgánicos y reciclables.

Video promocional de Cesto Doble

También ofrece un cesto más grande pensado exclusivamente para edificios o instituciones que deben mepezar a juntar las bolsas verdes de todos los departamentos del edificio o de todas los espacios de la institución. El cesto tiene indicaciones sobre el destino que se debe dar al material reciclable e  ideas para reutilizar parte de ellos.

El cesto doble ya se vende en sitios de subastas por internet. Además, Verdificar busca financiaiento para una primera producción masiva que le permita bajar costos de producción y llegar a un mercado más amplio con su producto.

Para ello,  presentaron su proyecto de Cesto Doble en la plataforma de crowdfounding Idea.me.

El tacho más piola

Martín Rabaglia, Lourdes Montano e Iván Roumec, creadores de Tacho Piola

Martín Rabaglia, Lourdes Montano e Iván Roumec, creadores de Tacho Piola

Pero el proyecto más sorprendente en esta reivindicación del tacho, es el que crearon Martín Rabaglia, Lourdes Montano e Iván Roumec y les valió el primer premio en la Hackaron verde de la ciudad de Buenos Aires.

Rabaglia y Roumec trabajan con informática y Montano es diseñadora. Los tres desarrollaron Tacho Piola, un cesto de basura “inteligente”, equipado con un brazo mecánico que separa las botellas del resto de los residuos.

“Tacho Piola” es capaz de leer los desperdicios gracias a un sistema hecho con una placa Arduino (una plataforma de hardware libre para electrónica) conectada a un sensor de ultrasonido, mientras que un brazo servomecánico separa las botellas.

La idea del dispositivo es, a través de “una forma lúdica, mostrar lo fácil que es separar la basura”, según dijo a la agencia Télam Rabaglia.

Con su creación, buscan ir “un paso más allá de lo que es información sobre el reciclado, tratando de promover un cambio en los hábitos y en las conductas de las personas”, según explicaron.

Primer prototipo de Tacho Piola

Primer prototipo de Tacho Piola

Por eso, su objetivo no es instalar los “Tachos Piola” en toda la ciudad sino ubicarlos en lugares como estaciones de subte, a la salida de recitales masivos o en supermercados, de manera de “mostrar masivamente que el buen manejo de la basura es útil y vale la pena”.

Además, quieren incentivar su uso mediante un sistema que le permita a quienes lo usen canjear gramos de basura reciclable (o reutilizable) por puntos en su tarjeta Sube o Monedero.

“El centro de la estrategia consiste en que una persona se sienta incentivada a reforzar un hábito positivo premiándola y ofreciéndole la oportunidad de competir con los demás reciclando, reduciendo o reutilizando la basura”, explicaron.

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