La función supone beneficios mutuos para pasajeros y conductores: los pasajeros van a poder mejorar el manejo de sus tiempos; los conductores van a poder planificar su itinerario laboral semanal, organizarse mejor e incrementar sus ganancias, explicó la empresa.
Uber además asegura que los socios conductores que acepten un viaje solicitado a través de la plataforma con Uber Reserve generarán un porcentaje adicional de ganancias que va a variar según la ciudad que se solicite el servicio.
La aplicación de movilidad que lleva seis años activa en la Argentina agregó la función por ahora únicamente para viajes dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
¿Cómo funciona la tarifa de los viajes con Uber Reserve? El precio está compuesto por el precio de referencia del viaje más una tasa de reserva que varía de acuerdo con el producto.
“Nuestro compromiso es mejorar la movilidad de las ciudades, contemplando cada caso de uso y preferencia, por eso ahora sumamos tecnología para quienes eligen planificar sus viajes”, señaló Eli Frías, Head de Operaciones de Uber para Argentina, Paraguay y Uruguay y agregó: “Con Uber Reserve, tanto usuarios como socios conductores podrán personalizar su experiencia de acuerdo a sus preferencias y necesidades”.
]]>La industria de la moda es, actualmente, la segunda más contaminante del mundo, siguiendo muy de cerca a la industria del petróleo. La Organización de las Naciones Unidas declaró que la producción textil genera el 10% de las emisiones de carbono, además de exigir una demanda de agua insostenible en el tiempo. Como si fuera poco, el teñido y la composición de la ropa son una de las causas principales de la contaminación del agua, liberando microplásticos en cada lavado.
El fenómeno consumista denominado fast fashion (“moda rápida”), produce prendas de baja calidad, con poca vida útil, fomentando un consumo altísimo y absurdo, acompañado de una producción vertiginosa por parte de la industria para satisfacer las demandas de los consumidores.
Sin embargo, el problema no es sólo ambiental: el fast fashion implica también la explotación de personas en países tales como Bangladesh, China o Turquía, donde las empresas contratan mano de obra por costos muy bajos, en condiciones muy precarizadas.
El slow fashion (“moda lenta”) aparece como alternativa, buscando crear un sistema que pueda basarse en el ambientalismo y la responsabilidad social de las personas. Pretende tener un ritmo de producción ético, que no responda a un consumo innecesario, dañino y superficial.
Sí, los costos de los productos derivados de marcas que siguen el Slow Fashion suelen ser más elevados. Pero esto se explica con la alta calidad de las prendas, sumada a la búsqueda de la protección de los trabajadores del sector.
Cada vez son más los diseñadores y emprendedores que siguen este tipo de producción, y poco a poco las empresas se suman a esta tendencia. Esto implica un cambio de paradigma, en el que se busca generar un respeto por el tiempo que los trabajadores invierten fabricando las prendas, cuidando sus derechos laborales, sumado a un uso consciente del agua y los recursos.
Acá te dejamos 10 marcas nacionales y sustentables que siguen esta tendencia:
El proyecto, pensado para realizarse a mediados del 2030, sufrió varios años de demora debido a la preocupación científica en cuanto a los posibles patógenos que se pueden encontrar en el material que llegaría a la Tierra. A este fenómeno se lo llama contaminación hacia atrás («backward contamination”): por el riesgo de que algún material de otro mundo afecte la biósfera terrestre.
Para prevenir que esto ocurra, la NASA va a actuar “como si las muestras procedentes de Marte pudieran ser la causa de la próxima pandemia”. Si bien estiman que las probabilidades de algún peligro son bajas, prefieren no arreisgarse: esto implica que las muestras van a tratarse de la misma manera que en los Centros para el Control y Prevencion de Enfermedades que manejan el virus del Ébola: con muchísima precaución.
Las muestras se van a conservar en una estación de recepción, donde se pretende que las mismas cumplan con un Nivel de Bioseguridad 4, nivel con el que los científicos tratan a los patógenos más peligrosos conocidos. El objetivo es que la muestra no contamine al planeta, pero que el planeta tampoco contamine a la muestra.
El problema es que no existen laboratorios que cumplan con estos requerimientos como pretende la NASA, de modo que se formó un equipo de científicos que recorrió algunas de las instalaciones diseñadas para la contención de horrores biológicos, equipados con salas minuciosamente esterilizadas y equipo innovador.
Este recorrido se realizó para buscar formas de optimizar la contención de las futuras muestras extraterrestres. Esta sería la primer misión que traiga muestras de otros planetas a la tierra.
]]>Diseño y ecología: el nuevo edificio de la UBA
En el predio de Ciudad Universitaria se levanta una nueva pieza arquitectónica de la Ciudad de Buenos Aires: el edificio Cero+Infinito.
Se trata de un edificio ecológico de 8.700 m², que cuenta con aulas de computación, oficinas, laboratorios, biblioteca y salas con equipamiento multimedia. Aquí van a funcionar el Departamento de Computación, el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, el Instituto de Cálculo, el Instituto de Ciencias de la Computación y el recién creado Centro Interinstitucional en Ciencia de Datos.
El nombre de esta estructura se debe a las formas de sus patios internos: un cero y un infinito. Diseñado por Rafael Viñoly (arquitecto uruguayo de fama internacional, graduado de la UBA). Su diseño alterna entre formas geométricas y orgánicas, dándole un aspecto moderno y futurista.
La novedad de este edificio es que es una obra sustentable: todas sus paredes son de vidrio, dando luz natural a las aulas a lo largo del día, reduciendo de manera significativa el consumo de electricidad.
]]>En un país con una pasión ferviente por el asado, hoy crece rápidamente la tendencia de la comida basada en plantas. La cantidad de gente que se adhiere a esta dieta crece día a día, obligando a los locales gastronómicos a ampliar su carta, ofreciendo una mayor variedad de opciones (más allá de la clásica ensalada de lechuga y tomate).
Pero este cambio de tendencia se percibe también en las personas que aún
comen carne: mucha gente redujo el consumo a una o dos veces por semana. Las
causas de este fenómeno son variadas:
Por otro lado, la tecnología de la comida vegana y vegetariana se potenció mucho en el último tiempo: se logran gustos muy refinados, platos gourmet e incluso imitaciones de distintos tipos de carne, logrando sabores y texturas similares.
Esta tendencia se puede ver hasta en el ámbito legislativo: el legislador provincial de Juntos por el Cambio, Daniel Lipovetzky, propuso un proyecto de Ley que busca fomentar la alimentación vegetariana y vegana en bares y restaurantes de la provincia de Buenos Aires.
Algunos lugares en capital donde podés probar comida plant based:
Entre las empresas que emprenden desarrollos inmobiliarios en sintonía con el “cuidado del medio ambiente” gana terreno la opción de construir con eje en el Triple Impacto.
Actualmente los desarrolladores privados llevan adelante más de 2 millones de metros cuadrados de obras de viviendas, entre las que están en ejecución en Buenos Aires y la provincia bonaerense. Y cada vez más empresas empiezan a hacer foco en esta perspectiva.
El Triple Impacto refiere a proyectos con impacto ambiental, social y económico, con igual medida de importancia y relevancia. Es un modelo de gestión empresarial o social aplicable a todas las organizaciones, nuevas y existentes.
Angie Dub, directora de DUB I Arquitectura y Sustentabilidad, dijo a Infobae que “quienes edificamos con este eje sostenemos que hay una preocupación genuina por el impacto de lo que se está construyendo. Sabemos cuánto material se descarta en una obra, y así podemos hacer la siguiente más eficiente. Observamos cuánta energía va a consumir una casa y así podemos repetir estrategias en la próxima. Lo mismo con los recursos económicos”.
Referentes del sector sostienen que las empresas que avizoran un futuro promisorio para sus negocios comprendieron que la única manera de llevar adelante proyectos inmobiliarios exitosos es contemplando y anteponiendo en el desarrollo de sus inmuebles los tópicos vinculados al impacto ambiental y social. La rentabilidad esperada será producto del correcto y eficiente abordaje de cada recurso.
Rodrigo Ballester, CEO de Desisco+b y líder de la Subcomisión de Mejores Prácticas de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos de la República Argentina (CEDU), dijo a Infobae que “ante la inminente necesidad global de atender la problemática ambiental generada por antiguas prácticas de manufactura, nuestro sector debe reconfigurarse para minimizar al máximo posible la huella de carbono dejada mediante su actividad. El éxito de los proyectos ya no solo dependerá de la simple ecuación costo-beneficio tradicional, sino del abordaje integral de las distintas áreas con criterios de sustentabilidad, sostenibilidad y mucha responsabilidad social”.
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Cansada de sufrir apagones, baja tensión y aumentos de tarifas una familia de la ciudad de las diagonales decidió apostar a la energía eólica como alternativa.
Las aspas que coronan esta casa de dos plantas llaman la atención a todos los que circulan muy cerca del parque Alberdi. El dispositivo eólico genera curiosidad y voltaje de manera alternativa.
El rotor, montado sobre una viga metálica, fue instalado hace cuestión de meses en la calle 27, entre 36 y 37, en la capital provincial.
«Nos cansamos de los problemas con la luz y averiguamos cómo pasar a este sistema» explica Rosa Iria la dueña de casa que cuenta que además de la instalación de la terraza tuvo que comprar baterías para independizarse de la red eléctrica. “Ahora pagamos menos de cien pesos de al sistema tradicional, y estamos pensando en instalar paneles solares», cuenta la vecina entusiasmada.
Conciente del uso racional de la energía, la vecina asegura que la estrategia sustentable le está dando buenos resultados: “Nunca tuvimos que recurrir a la red común por falta de viento o agotamiento de reservas», confiesa orgullosa.
Los expertos también coinciden en que La Plata se convirtió en una ciudad más ventosa de lo que solía ser, tendencia que se acentuará con el paulatino crecimiento en altura y los corredores que forman los grandes edificios.
]]>Para todos los que están cansados de lidiar con el casco de la bici una vez que el viaje concluye una estudiante norteamericana diseño un novedoso casco realizado en papel, inspirada en los panales de abeja.
ECO HELMET. Aseguran que protege igual que un casco tradicional de poliestireno.
La inventora Isis Schiffer, que estudia diseño industrial en el Pratt Institute de Nueva York, soñó y materializó este casco plegable que se podría vender inclusive en máquinas expendedoras a muy bajo costo.
El casco está hecho de papel, se pliega en forma de acordeón hasta alcanzar el tamaño de una banana y es lo suficientemente compacto como para guardar en un bolso de mano.
Se despliega para adaptarse igual que un casco tradicional para amortiguar la cabeza del usuario, gracias a su forma de panal de abeja que absorbe y distribuye los impactos. Además, se cubre con una cera biodegradable a base de maíz que lo hace resistente al agua.
Schiffer es un apasionada ciclista y asegura que tuvo la idea después de viajar a varios paises en donde tuvo que alquilar bicicletas que no incluían servicio de cascos.
ECO HELMET. Podría venderse a menos de 5 dólares en máquinas expendedoras.
Por ese motivo decidió crear un casco accesible para que los usuarios pudiesen obtenerlo durante el camino, o tal vez en el mismo lugar donde alquilan la bicicleta.
El EcoHelmet es de talle único, pensado para la mayoría de los usuarios. Está diseñado para ser utilizado varias veces y luego ser reciclado. El valor de su costo rondaría los 5 dólares.
“Pero los cascos tradicionales son tan voluminosos que una máquina expendedora no puede contener suficientes unidades para satisfacer la demanda diaria”, explicó Schiffer. Su solución fue diseñar un casco que se pueda plegar para ocupar una cantidad mínima de espacio, y que proporcione la misma protección que un casco normal.
Para el material del casco Schiffer pensó en papel cartulina, que es liviano y reciclable, y su vez, absorbe los impactos tan bien que es empleado en las superficies de aterrizaje de emergencia para helicópteros.
El siguiente paso consistió en convertir el material en algo que la gente realmente quiera ponerse en la cabeza. En un primer momento el diseño inicial se parecía a un ananá, pero las reacciones de los usuarios le convencieron para cambiarlo.
Schiffer está preparando actualmente su diseño para obtener la certificación del Consumer Product Safety Commission de Estados Unidos, con el fin de hacer que los cascos de papel una realidad y estén por fin disponibles en las ciudades.
]]>Mientras el Sol, las mareas y el viento hacen su aporte para generar electricidad, hay mentes creativas que buscan otras fuentes de energía “no convencionales”.
Una empresa holandesa trabaja en un dispositivo que promete una pista de baile sustentable (Sustainable Dance Floor) que genera electricidad a partir de la energía cinética producida por los saltos, pasos y otras habilidades de los bailarines.
La clave del proyecto está en las baldosas que convierten en energía el movimiento vertical que generan quienes deslizan sus pies en las pistas.
Los módulos cuadrados, flexibles, de 75 x75 centímetros puede producir hasta 35 watts.
Las pistas de baile se están probando en eventos promocionales de marcas para que la gente produzca electricidad que ilumina pantallas, letreros o cabinas fotográficas.
Un efecto similar, pero a una escala mayor, proponen las baldosas Pavegen (Inglaterra)
Su inventor, Laurence Kemball-Cook, tuvo la idea iluminadora al ver la gran cantidad de gente que circulaba en las estaciones de metro.
Estas baldosas se hunden apenas 5 milímetros cuando alguien las pisa. El efecto imperceptible para el peatón permite generar electricidad a partir de energía cinética.
Ya se ha instalado Pavegen en el pasillo de un colegio en Canterbury (Inglaterra), de manera que la electricidad que genera ilumine el corredor. También se pusieron varias baldosas en el centro comercial Westfield Stratford City, el más grande de Londres.
Son cerca de 30 lugares en los que se han implementado estas baldosas que producen 7 watts por cada pisada, lo que las hace ideales, por ejemplo, para estaciones de metro o aeropuertos.
Su creador dice que en un gran recital los pasos de los asistentes podrían generar toda la energía que el evento necesita.
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En ese lugar poblado de manglares, en el que conviven más de 300 especies de aves, el ojo del artista de 37 años logró captar la presencia de los productos desechados por humanos de todas partes del mundo. Allí nació la inspiración para su proyecto “Lavado”, recientemente presentado en Manhattan.
“Como hago con mis libros, comencé a organizar la basura por colores”, explica Durán, quien hizo nueve viajes a esta zona protegida por la Unesco para recolectar el material, ubicar los escenarios naturales y descubrir la luz indicada según la hora del día para lograr la imagen deseada.
Experimentado artista, poeta y educador, Durán concibió su serie para crear conciencia contra el consumismo y denunciar la creciente contaminación de este paraíso de la humanidad.
A través de una selección de estos plásticos que trae el océano, el artista muestra que la basura en Sian Ka’an proviene de 42 países, de lugares tan lejanos como Japón o Indonesia. Con ella construyó esculturas en sitio que semejan ríos y formas diversas que se funden o complementan el paisaje.
A pesar de ser el área natural protegida más amplia de México y del esfuerzo de organizaciones locales, la reserva de Sian Ka’an carece de un programa de administración de basura.
Durán, quien con su empresa The Digital Project ha creado proyectos educativos a través del uso creativo de la tecnología para Columbia University y MoMA, quiere recaudar fondos que le permita desarrollar un programa de arte y educación ambiental para los niños de Punta Allen.
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